Monday, March 20, 2006

La soya nuestra de cada día

2006 03 18

Whipala Hoy

Bolivia
Marzo, 16, 2006
La soya nuestra de cada día


Antonio Peredo Leigue
Nadie podrá creer, seriamente, que el gobierno del Presidente Evo Morales tiene la culpa por la firma del TLC entre Colombia y Estados Unidos. Sin embargo la derecha, huérfana de argumentos, endilga al Presidente y al Ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, el acuerdo por el que Bogotá comprará soya a Estados Unidos, con lo cual Bolivia perderá el mercado colombiano.
Los hechos se han concatenado desde que aparecieron, en el mercado mundial y en el regional también, nuevos proveedores de este producto. El Pacto Andino, basado en el intercambio comercial preferente entre los países que lo forman, comenzó a hacer aguas desde hace dos años por efecto de las leyes del mercado que se manejan en los centros del poder mundial.

La ofensiva lanzada por Washington para obligar a los países latinoamericanos a firmar un tratado de libre comercio, está socavando la economía de los países que no se alinean en su política de copamiento del mercado latinoamericano. Fracasado el intento de conformar el ALCA, el gobierno de Bush cambió de táctica. Firmó un Tratado de Libre Comercio con los países centroamericanos; luego, buscó imponer un acuerdo similar con el Pacto Andino (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia) que, hasta ahora, no ha tenido resultados. Solamente Perú y Colombia se han sometido a ese trato; Venezuela lo rechazó de plano, Ecuador no lo firma por la mayoritaria oposición del pueblo y Bolivia, por las mismas razones, tampoco lo ha hecho.

Empero, la táctica de llegar a acuerdos país por país busca producir un efecto dominó que termine con las resistencias que hay en la región.

El pecado del TLC

ALCA o TLC tienen el mismo propósito: obligar a nuestros países a establecer un comercio de una sola vía con USA. Con subsidios a su producción agrícola, reclamando sometimiento a las marcas registradas de sus productos farmacéuticos, obligando a pagar derechos sobre el software de computación y otras prebendas. A cambio, Estados Unidos mantendría los cupos de compra que se dan por el ATPDEA y los aumentaría con otros productos en los que, mayormente, los países de la región no tienen posibilidades de competitividad. Graciosamente, Washington mantendría el apoyo económico que proporciona anualmente.

Si esta es la inmensa desproporción en términos económicos, el TLC tiene mayores desniveles en el plano político. Está la imposición de la inmunidad para sus tropas y funcionarios que actúan en nuestros países, el libre tránsito de sus efectivos militares y la adecuación de las normas jurídicas a las leyes de Estados Unidos.
Con tales acuerdos, las posibilidades de desarrollo nacional son imposibles y la integración regional no podría intentarse.

Un TLC para Bolivia

En las conversaciones alrededor del TLC Andino, Bolivia actuó como observador. Desde que se inició ese proceso, se sucedieron en la presidencia del país: Jorge Quiroga Ramírez, Gonzalo Sánchez de Lozada, Carlos Mesa Gisbert y Eduardo Rodríguez Veltzé. Estos gobiernos fueron, todos ellos, partidarios de la inclusión de Bolivia en el tratado con Estados Unidos. Claro para se enfrentaban a una cerrada oposición de los sectores sociales aunque, por cierto, contaban con el apoyo de los grupos empresariales.
En tales circunstancias, tales gobiernos debieron asumir una conducta indefinida: mantener una mínima delegación en las conversaciones, pero sólo en calidad de observadores. Al mismo tiempo, realizaban una intensa campaña interna en pro del tratado. El mejor recurso para esto, ha sido sembrar los temores de que se cierre el mercado de textiles y joyas que se ha establecido en Estados Unidos para Bolivia, a través de otro tratado llamado ATPDEA. Este acuerdo comercial termina a fines de este año.

Joyeros, que en un 90% son extranjeros, y textileros que mantienen costos reducidos pagando bajos salarios a obreros eventuales, fueron la punta de lanza de esa campaña. Como no ha sido suficiente para obligar a la firma del tratado, ahora arremeten contra la soya, cuya producción ha sido el centro del movimiento económico, durante los últimos años, en la región oriental del país.

Los empresarios de esa producción agro industrial, que apoyaron al grupo liderado por Jorge “Tuto” Quiroga, sintieron el impacto de las elecciones de diciembre pasado, pero nada pudieron decir, ante el arrollador triunfo del ahora Presidente Evo Morales.

Nuevos usos de la soya

Vendida como grano, como torta, extraído su aceite, la soya tiene múltiples usos: los vegetarianos comen bistecks de soya, toman leche de soya; la lista culinaria es infinita. La derecha ha encontrado un nuevo uso: arma política.

Durante veinte años, este grupo ha proclamado su vocación por el modelo neoliberal: libertad de comercio, libertad de contratación, liberación de impuestos para importación de maquinaria y subvención para su combustible. Los agricultores orientales transitaron de la siembra de caña a la de algodón, ensayaron con el ricino y otros cultivos exóticos y se dedicaron a la soya cuando encontraron un mercado favorable. Mientras campeaba el modelo, estaban dispuestos a otros ensayos de plantación, si pasaba el auge de la soya. Ahora, en cambio, son usados por la derecha como arma para atacar al gobierno.
Evo Morales, que les advirtió sobre la poca probabilidad de revertir el acuerdo de Álvaro Uribe con George Bush, se avino a entrevistarse con el presidente colombiano y plantearle las preocupaciones respecto al mercado de la soya. Que no haya logrado tal propósito, sólo confirma las previsiones que había al respecto. Para la derecha, no es esa la preocupación sino desacreditar al gobierno que les infligió la derrota electoral de diciembre.

Aún así, más adelante tendrán que arrepentirse de sus reacciones violentas, cuando el gobierno del presidente Morales encuentre nuevos mercados para la soya boliviana. En esta nueva realidad, los empresarios deberán cumplir con ciertas normas que beneficien al país y, por supuesto, a sus trabajadores.






execlub/17/03/06
Anapo debe pronunciarse

BOLIVIA COMPRA SOYA DE BRASIL Y PARAGUAY PARA REEXPORTARLA

El volumen de soya importada es similar a la que compra Colombia.

Freddy Morales V.
Bolivia está importando soya de países vecinos y luego busca mercados
para exportarla, con el reclamo de preferencias arancelarias, sobre todo
a nivel del Acuerdo Andino de Naciones (CAN). La revelación la hizo el
Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Fobomade), al afirmar
que la pérdida del mercado colombiano de oleaginosas no es tan
catastrófico como se ha divulgado.
Fobomade se pregunta ¿Cómo es que el país importa soya si hace tantos
esfuerzos para encontrar mercados para la producción nacional?
De acuerdo a Kreidler y Asociados (en el estudio efectuado para Anapo:
La soya boliviana hacia el mercado libre de las Américas), bajo el
Régimen de Internación Temporal para Perfeccionamiento Activo RITEX, “las
importaciones de grano de soya han sido crecientes, la materia prima
principalmente se importa desde Brasil y Paraguay, para su procesamiento
interno y posterior reexportación”.

De acuerdo a Kreidler, el 2002, las importaciones de soya alcanzaron a
290.000 toneladas y el 2004 a 240.000 toneladas.
Estas importaciones permiten que países que no forman parte de la CAN,
accedan a las preferencias arancelarias que tiene Bolivia y
precisamente a través de Bolivia. Se trata de casi de 300.000 toneladas, lo cual
se acerca al total exportado a Colombia el 2004.

Fobomade se cuestiona y pregunta ¿Cómo es que los soyeros de Anapo no
han dicho nada al respecto? ¿Tiene sentido que el Gobierno se esfuerce
en buscar mercados para la soya boliviana y también para la brasilera y
paraguaya y que además esta producción extranjera aproveche las
ventajas arancelarias de Bolivia?

Y por si fuera poco, la empresa que efectúa esas importaciones es
Gravetal Bolivia S.A., empresa del Grupo de Inversiones Osorno de Colombia,
establecida en Puerto Guijarro, sobre la frontera Bolivia- Brasil.
De acuerdo a la empresa, “La mayor parte de la oferta exportable de
Gravetal Bolivia S.A. se dirige al mercado andino y tiene una
participación muy importante del total de las exportaciones bolivianas destinadas a
este mercado. Gravetal ha exportado el 47% de la exportación total de
aceite crudo de soya boliviano y 31% de harina de soya respectivamente".
El Fobomade afirma que la pérdida del mercado colombiano no es tan
dramática ni insuperable, además de que no es inmediata. Por lo tanto, es
absolutamente inaceptable el chantaje de Colombia para forzar a negociar
el TLC con Estados Unidos.

“De la misma manera, la actitud de los dirigentes de Anapo de lanzarse
a la conversión de la soya boliviana en soya transgénica parece más
bien una estrategia de otros países para anular una ventaja competitiva de
Bolivia, que al ser aplicada por los propios dirigentes del sector, es
un sin sentido, que ahora es más visible que nunca”, agrega.

Presiones

El informe del Fobomade señala que una semana antes de la firma del TLC
con Estados Unidos, el gobierno colombiano estuvo ejerciendo una
presión intensa sobre la Cancillería boliviana, con el objetivo de lograr el
apoyo a su propuesta de modificar una norma de la CAN (Comunidad Andina
de Naciones), la Decisión 486 de Propiedad Intelectual.

Esa modificación impediría la fabricación de medicamentos genéricos
afectando a la salud pública. Como esta es una de las condiciones de los
Estados Unidos en las negociaciones del TLC, Colombia emitió un decreto
que viola la normativa de la CAN, por lo que el Tribunal de Justicia de
la Comunidad Andina sancionó a este país.

Con el cambio de la normativa de la CAN Colombia pretendía eludir esa
sanción y allanar el camino para el TLC con EEUU. A cambio del apoyo de
Bolivia, Colombia aseguraba que mantendría el mercado de soya de
Bolivia, se explica.

La Cancillería convocó a reunión a los diferentes sectores que
participaron en el tema del TLC desde gestiones anteriores, para consensuar su
posición. La posición de la industria farmacéutica fue muy contundente
en sentido de no permitir tal modificación, a pesar de las amenazas de
los productores de oleaginosas y porque luego de una reunión con la
embajada de los Estados Unidos, este país dejó claro que mantener el
mercado de Bolivia en Colombia era imposible luego de la firma del TLC
Colombia-EEUU.

La soya producida en Estados Unidos recibe una subvención de 30 dólares
por tonelada, lo que hace que ninguna producción latinoamericana pueda
competir en precios.

Los subsidios que el Gobierno de los EEUU otorga a sus excedentes
agrícolas así como las grandes ayudas internas a la producción, contribuyen
a generar una distorsión muy grande en el precio de los productos en el
mercado internacional y constituye por lo tanto una competencia
desleal, inequitativa e injusta, agrega.

Soya transgénica

Además, el Fobomade advirtió que otro elemento a considerar en la
crisis de la soya, es que se ha autorizado en el país la producción de soya
transgénica, lo que resta competitividad a la producción nacional.
De no haberse aprobado la soya transgénica el 2005, Bolivia podría
reclamar al presidente de Colombia, Alvaro Uribe el carácter convencional
de su soya, lo que la convertiría en un producto único en la región.
Se recordó que de acuerdo a Rolando Zabala, de la Asociación Nacional
de Productores de Oleaginosas, Anapo, el 2005, 1.607.795 toneladas de la
producción total de soya boliviana fue convencional, mientras que la
soya transgénica alcanzaría a 381.100 toneladas, lo que está fuera de las
tendencias de crecimiento de la soya boliviana. Se advirtió que los
ejecutivos de Anapo normalmente inflan las cifras de la soya transgénica,
pretendiendo que el proceso es irreversible.

Sobre la reciente y polémica visita que hizo el presidente Uribe a
Bolivia, el Fobomade señala que ese mandatario llegó al país con un
objetivo específico: atacar la nueva Política de Comercio Exterior.
“La misión de Uribe fue ejercer una especie de chantaje para obligar al
país a negociar el TLC con Estados Unidos. Su visita es claramente
parte de una estrategia de ataque y debilitamiento, sin ninguna intención
de negociar”, agrega.

Se afirma que Colombia no es el principal comprador de soya boliviana,
sino Venezuela, de acuerdo a datos de Anapo y el IBCE presentados por
Rolando Zabala en una presentación realizada en octubre de 2005.
Para el 2004, el total de las exportaciones de soya de Bolivia alcanzó
a 1.828.545 toneladas, incluyendo las importaciones.

Si multiplicamos ese monto por el 21% que es el total exportado a
Colombia se obtiene la cifra de 383.994 toneladas. Tomando en cuenta que
Venezuela comprará 200.000 toneladas adicionales, quedan 183.334 por
colocar, agrega.




BOLIVIA ES EL PAIS PEOR VALORADO
POR LAS EMPRESAS EXPORTADORAS ESPAÑOLAS

Evo Morales advierte de que las empresas «tienen la obligación de
subordinarse y cumplir con las leyes del país, y si no, serán castigadas

El conflicto que está sufriendo Repsol YPF en Bolivia confirma los
resultados de la encuesta realizada a empresarios españoles por Iberglobal
y el Club de Exportadores e Inversores. Este estudio, correspondiente a
diciembre de 2005, apunta a Bolivia como el país que ofrece menos
garantías a los empresarios españoles. A continuación están Venezuela,
Argelia, Indonesia y Rusia.

En el lado opuesto, los países que obtienen la mejor valoración son
Canadá y Estados Unidos, así como la Unión Europea.

Por zonas, Chile, Brasil y México reciben los mayores elogios de los
exportadores españoles, mientras que Argentina, Centroamérica, Colombia y
Perú tienen valoraciones intermedias. La encuesta desvela la
preocupación de las empresas españolas por la inseguridad jurídica en los países
del norte de África. A pesar de ello, ha subido la valoración de
Argelia y Marruecos.

Sobre las actuaciones de la Fiscalía de Bolivia, que sigue interrogando
a directivos de Andina, la filial de Repsol YPF, por un supuesto
contrabando de petróleo, hay que destacar que el fiscal general de este país,
Pedro Gareca, solicitó ayer el enjuiciamiento de tres ex presidentes
del país y ocho ex ministros a los que acusa de firmar contratos con
multinacionales petroleras contrarios a la normativa nacional. Los ex
presidentes acusados son Gonzalo Sánchez de Lozada, Jorge Quiroga Ramírez y
Carlos Mesa Gisbert. El fiscal general detalla en su informe que
encontró delitos en los contratos de riesgo compartido suscritos con las
petroleras Chaco, filial boliviana del grupo British Petroleum (BP), y
Andina, filial de Repsol YPF. También cuestionó los convenios con la
brasileña Petrobras y la francesa Total.

El presidente del país, Evo Morales, y otros miembros de su Gobierno se
refirieron ayer al contencioso de Repsol YPF y al supuesto contrabando
de crudo. «Las empresas tienen la obligación de subordinarse y cumplir
con las leyes bolivianas. Las que respeten al Estado nacional serán
bienvenidas, pero las que cometan irregularidades o no tributen tienen que
ser castigadas», dijo Morales.

Del editor: Nos importa lo que las empresas exportadoras españolas piensen de Bolivia? Por favor, que nos venden? Analicen las presiones indirectas de uno y otro lado. Para esta comunidad, los empresarios
españoles estan catalogados como los peores valorados por falta de moral y de etica con un pueblo indefenso que hace 500 años mantiene sus arcas, sus tesoros, y su calidad de vida. El dinero de Patiño levanto a los Borbon, hoy socios de Repsol.

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